
En María Trinidad Sánchez es tan admirable su valor como su lealtad. Su pensamiento político tan avanzado, en una época remota como eran los años previos a la Independencia Nacional, y el fervor con que se abrazó a la causa por la Separación de Haití la convierten en un personaje casi bíblico: todos los autores coinciden al presentarla como la más patriota. Debemos inclinarnos ante la grandeza de esa dominicana gloria que no ha sido bien reconocida.
Maritza Olivier, la académica, profesora universitaria, investigadora histórica y feminista que consagró tantos años de estudio para escribir su obra Cinco Siglos con la Mujer Dominicana, hace las consideraciones al enjuiciar el trascendental papel de la heroína mártir que llenaba sus faldas de pólvora en las épicas batallas por la libertad.
Maritza Olivier, la académica, profesora universitaria, investigadora histórica y feminista que consagró tantos años de estudio para escribir su obra Cinco Siglos con la Mujer Dominicana, hace las consideraciones al enjuiciar el trascendental papel de la heroína mártir que llenaba sus faldas de pólvora en las épicas batallas por la libertad.
De todas las mujeres estudiadas, fue esta mulata de pelo ensortijado y delgada anatomía la que mayor admiración despertó en la cronista, por la firmeza de las actuaciones públicas de María Trinidad Sánchez que aun se mantenían latentes pese a sus cincuenta y un años. “Ella me demostró que no hay edad para la lucha, si tomamos en cuenta que, en su tiempo, a una mujer de cuarenta años se le tenía como una anciana, como bien observa don Juan Bosch”, declara Olivier.
“Mientras más leía de ella, más me impresionaba. Estaba rodeada de una familia muy nacionalista, muy patriota, y el hecho de que fuera fusilada porque no quiso delatar a sus compañeros, comprueba su lealtad, su identificación con la causa que defendía. Todavía iba caminando por las calles, camino del cadalso, y las monjas del convento le aconsejaban que dijera los nombres, que aún podía salvar su vida, y prefirió ser fusilada”, agrega.
Lo de ella, añade, “fue un convencimiento, no la acción de un momento”. Supo, además, ganarse un merecido prestigio que tal vez influyó en la cruenta muerte, opina Olivier, y expresa: “si hubiese sido una ama de casa común y corriente no la ejecutan”.
La ex catedrática de las universidades Autónoma de Santo Domingo y Pedro Henríquez Ureña y pasada decana de la facultad de Administración y Economía del Instituto Tecnológico de Santo Domingo lamenta que María Trinidad Sánchez sea todavía una gran ignorada. “No se ha difundido ampliamente su obra, su figura, a veces tenemos poca forma de comprometernos con la Patria, con la historia, con las nuevas generaciones, difundiendo sus ideas. ¡Qué hermosa presentación se hiciera de María Trinidad Sánchez un ocho de marzo, por ejemplo!”, exclama. Leer Mass
Fuente, por: Ladddy Cortorreal /Angela Peña /redpodercomunitario.org
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